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Mostrando entradas de julio, 2019

EN EL FONDO (Karlina Fernández)

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En el fondo, quien no ama sufre más; porque el que ama como tú tiene lo que dio y lo que dará.  Pero yo, que siempre necesité... que me quedé sentada para recibir, que di por justicia y no por impulso irracional del amor, me quedé mendinga otra vez, a solas con mi nombre, esperando sentir el amor que no siento, dando tan poco como un “te quiero”, mandando cartas que argumenten un amor perdido, mudo, muy lejos de mí.  En el fondo, quien no ama se queda desnudo en un adiós, expuesto ante las cuentas y las proporciones, confundiendo costumbre con trascendencia, dolor de ausencia con arrepentimiento.   En el fondo, fui yo quien perdió más. Yo te tenía, tú a mí no. Si te ha gustado la lectura y quieres colaborar conmigo haz clic  AQUÍ   tu contribución para el mantenimiento del blog es de gran ayuda

TE EXTRAÑO (Karlina Fernández)

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Te extraño en la inmediatez de la costumbre, en la simplicidad de una agenda vacía, en la primitiva necesidad de tener. Hay una nostalgia repetida por tus estupideces, por esas cosas que nunca quise, pero que me ocupaban el ocio y, más aun, el vacío. Extraño mirarte y saber que no eras tú, sentir como tus besos me aplaudían a falta de público y ganas. Extraño prometerte cosas que eran mentira, saber que no las creías, pero era nuestro juego. Es más fácil llorar a otro que a uno mismo, ocuparme de saber quién eres que preguntarme otra vez a dónde voy. Declararte culpable y dejar mis remordimientos bajo llave. Extraño tus caricias genuinas, sentirme a salvo de mí, en ti. Extraño no escribir, porque mi mano estaba o cupada  en la tuya. Ahora, malcriada, se devuelve al teclado...  a las metáforas, las preguntas, a esto que soy y que en el fondo no me gusta. Me estanco en cualquier rostro que se ocupe de ocuparme ...

INVENTO (Karlina Fernández)

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Ya tú no eres tú, el dolor te ha hecho dragón y princesa, navaja y serpiente. Tan gigante que no cabes en mi nomenclatura. La ausencia no reconoce tus defectos, pero si buscamos en las páginas del odio encontramos más de la cuenta. Ya no sé quién eres. ¿A quién lloro en abril? Te has vuelto imaginería, magia negra, polvo blanco.  Así es el duelo, a puño y letra de espejismos. Se me han tergiversadolos bostezos que me provocabas. ¡Es que te ascendí a Dulcinea! Porque estoy perdida, no sé quién soy, no hay luz en el castillo.  Ya tú no eres tú, has caído en mi literatura, que anda gustosa pensándote en la torre, que anda entusiasmada llamándote destino, poniéndome la espada o clavándomela. Algo de mi sabe que fuiste rana que besé en el hastío de aquel jardín infértil. Y ahora pretende ponerte vestido y corona. Ya eres otra, otra que mi dolor domesticó a su sadismo, a su narrativa bizarra, llena de brujas hermosas. No sé qué más querrá dibujar mientras llor...