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Mostrando entradas de octubre, 2019

FIJACIÓN (Karlina Fernández)

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Después de tantas camas y tantas noches llega entonces la misma timidez, aquella taquicardia angustiosa que no me deja tocarte, ese dolor cobarde que me deja en ridículo y a distancia de ti. Después de ensayar en tantos cuerpos y dejar mí numero en tantas bocas, cuelgo tu cuerpo tibio en el perchero triste de mi poca valentía, lloro pasito, en prosa, en verso, en la almohada. Lloro sin lágrima alguna, con tanta fiebre de lo mismo que si no me odio me castiga Dios. Este amor mío, tan estúpido, nunca creció, se quedó en la cicatriz, en la lonchera, en las plazas, en la última fila del salón; con asma en los suspiros, bebiendo ron para ser fuerte, nebulizándose de cualquier droga para acercarse. Porque los cinco sentidos no bastan para mirarte a los ojos, las frases buenas las borran mis manos que sudan, mi afán felino se depreda a si mismo cada vez que ríes. Y así no puedo, contigo no puedo, nunca he podido, nunca. Yo, la que intimida,...

EN SU DEFENSA (Karlina Fernández)

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Yo también te quiero, me dijo. No sólo lo que escribes tú es el amor, me dijo. Soy la herida, pero nunca le disparé a tu corazón ¡ Nunca! Nunca hubo cuchillos en mis palabras Nunca una mentira fue tan oscura para ser dolor. ¡Yo también te quiero! No sólo lo que sientes tú es el amor, me dijo. Tú también eres  nudo en la garganta,  el nombre que duele, los besos extrañados, el mensaje que no resistí  no enviar, la historia que siempre miro. ¡La herida! Tú también eres la herida. No sólo lo que lloras tú es el amor, aquí dentro también llovizna; también llueve una tormenta porque no te puedo abrazar,  me dijo. Pero duelen las mariposas que nunca llegaron a tu estómago,  le dije. No porque no hayan llegado significa que no fue primavera,  me dijo. No todo lo que te duele a ti es el dolor. Aquí también se cayeron las hojas, pero no soy poeta. Me enseñaron que el dolor se maquilla como se ...

SOLTAR (Karlina Fernández)

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Fotografía: Miguel Ramos Oya Déjala ir como el árbol a la hoja en otoño como las tortugas a sus huevas c omo el alma abandona el cuerpo en ese natural ejercicio de la  muerte o como un niño abandona llorando el vientre de su madre en ese  natural ejercicio de la vida. Déjala ir… es natural que el árbol se sienta desnudo que las crías se sientan perdidas. que el cuerpo se enfríe. que el niño llore. que tú te hayas enamorado. Pero déjala ir... porque no te quiere. ¡Si te ha gustado la lectura, déjame tu comentario! Karlina, todas ellas...

REMATE #AforismosKarlinescos

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